No tengáis pánico, orad,
todo se va a destruir.
¿Ves esa ciudad de ahí?
Cenizas se volverá.
Guerras, desastres y pestes,
hambre y signos en el cielo,
hay quienes no quieren verlo
mientras ven cómo el mal crece.
¡Qué bonito es ese bosque!
También quedará arrasado,
a Cristo han abandonado.
¿Quiere esconderse? ¿dónde?
Ni debajo de las piedras
encontrás un refugio,
al final no hay nada tuyo,
mejor reza lo que sepas.
Tras este tiempo de prueba
toda materia se funde,
todo lo humano se hunde,
no habrá piedra sobre piedra.
Cristo su vida entregó
para a todos rescatar
y ahora viene a reclamar
lo suyo, tu corazón.
El corazón de Jesús,
ahí tienes tu salvación,
y el de María, los dos,
métete ahí también tú.
Con Cristo a quién temeré,
ya vivo la vida eterna
y la Virgen es mi Reina,
yo me quedo, no huiré.
Quien quiera salvar su vida
pecando la perderá
y quien muera vivirá,
sigue en gracia cada día.
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