Jn 7:1-2,10,25-30. “Nondum venerat hora ejus". "No había llegado su hora".

Nuestra hora aún no ha llegado,

tenemos cosas que hacer,

cuando el tiempo haya acabado

no podrás atrás volver.

Aprovecha este momento

que Dios en tu vida ha puesto,

por algo lo estás viviendo,

hay que dar el do de pecho.

Dios es el Señor del tiempo

y de todo el universo,

y lo que me está ocurriendo

tiene un porqué que no veo.

De nada sirve el lamento

ni decir "es que no puedo",

lo que puedo a Dios lo entrego,

lo que no, también lo ofrezco.

Todo está bajo control

y es que yo ni idea tengo,

sólo voy tras el Señor,

Él sabe lo que está haciendo.

Me pongo en manos de Dios,

qué gran paz y qué sosiego,

un niño con ilusión,

empiezo a vivir el cielo.

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