Podéis aprender de mí
como santa Catalina
que con sólo Eucaristía
alimentaba su vida.
No sabía teología
y su enseñanza venía
de la gran sabiduría
que Dios en su alma infundía.
Porque sin la Eucaristía
el alma no tiene vida,
se te escapa la alegría
y tu esperanza termina.
Y la cosa es muy sencilla:
pido la gracia a María
de que diminuto siga,
como santa Catalina.
Aprenderé cada día
a hacer cosas pequeñitas
a vivir el día a día
sin que me agobie la vida.
Un pasito chiquitito,
parece que voy despacito,
pero Jesús que lo ha visto
está a mi lado conmigo.
Qué descanso en el Señor
esperar lo que Dios quiera,
saber acoger su amor
hasta el día en que me muera.
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Mayor regalo no existe
ResponderEliminarprenda de Amor infinito
Humildad y sencillez,
grandeza y sabiduría
así Catalina fué
porque confio su ser
al gran amor de su vida.