Tentaciones, obsesiones,
vejaciones, opresiones...
crean malas intenciones,
necesito soluciones.
El demonio se me acerca
porque siempre está rondando,
al detectar su presencia
un buen paso estamos dando.
Y quiere hacerme caer,
que cometa algún pecado,
a la Virgen llamaré,
auxilio de los cristianos.
Impuro no quiero ser,
recito el Santo Rosario,
con humildad rezaré
con el rosario en la mano.
Tenemos que convivir
en un mundo de pecado
y no podemos huir,
nos toca seguir luchando.
En momentos de combate
sólo sale de mis labios
la repetición constante,
a mi Madre, del rosario.
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