Nos van a hacer perecer,
los tibios no se convierten,
les engañan y les mienten,
para que engañados pequen.
Cogen lo que les conviene,
su fe es un supermercado
para ocultar su pecado
y mirar hacia otro lado.
Puede la presión social,
en actores se convierten,
hipócritas que entretienen,
que mundanos se disuelven.
Y siguen en su sillón,
con un mínimo de acción,
sin exprimir el amor
que Jesucristo dejó.
Y no quieren predicar,
no se vayan a cansar,
es que cuesta mucho hablar,
cuesta a Jesús imitar.
Es mejor que no prediquen,
pues los tibios crecerán
y perros mudos serán.
Tú tendrás que predicar.
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