Qué maravilla María,
qué pronto se levantó
para ayudar a su prima,
pues el ángel le avisó.
No tardaría ni un día
en empezar su misión,
pues hizo caso enseguida,
veloz se puso en acción.
Si es que cuando Dios te guía
no te haces el remolón,
ni en niñerías te fijas
para seguir al Señor.
Mira lo que hizo María,
qué rápido obedeció,
ni excusas ni tonterías,
ipso facto ejecutó.
Dicho y hecho, se diría,
María, qué decisión,
qué mujer, qué maravilla,
también quiero así ser yo.
Sí, Señor, qué valentía
y cuánta confianza en Dios,
quiero ser como tú un día,
con tu determinación.
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