De la gente desconfiad,
que os pueden traicionar,
pues si hasta tú te traicionas
los demás qué no te harán.
Has pecado y te arrepientes
y te vas a confesar,
pero luego a pecar vuelves,
es difícil de evitar.
Si a Cristo le has prometido
que sí que vas a cambiar
luego se tuerce el camino
y campo a través te vas.
Caes entre zarzas y espinos
en tu traición enredado
por haberle prometido
y en ti sólo haber confiado.
Los influjos del pecado
cuestan mucho de evitar,
si quieres llegar a santo
en Dios has de confiar.
Sólo en Ti, Señor, confío
y en la Santísima Virgen,
que la has puesto en mi camino,
mis pasos a Ti dirige.
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