Pechos de Amor
me amamantaron,
suave calor
ese regalo.
El néctar blanco
se ha destilado
para los santos
que han escuchado.
Unas palabras
que me alimentan,
leche que mana
de santa teta.
La Madre Iglesia
me ha cobijado,
me ha resguardado
bajo su manto.
Me ha acariciado
con ese hermano
que me ha escuchado,
que me ha cuidado.
Dulce delicia,
blanca caricia,
suave me mima,
qué maravilla.
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Muy apasionado tú!
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